Rocío, Fátima y David son tres habilidosos hermanos que han aprovechado sus talentos para crear un peculiar emprendimiento que ofrece regalos en cerámica, vidrio, tela y otros materiales y combina el diseño y los mensajes creativos. El negocio que lleva cinco años va viento en popa y ellos están en el camino de convertirse en grandes empresarios.
Facebook: Wikkis
Instagram: Wikkis.sv
“Salvadoreño que se respeta chuponea el pan con café” se lee en un vaso térmico elaborado por los hermanos Galicia, en una alcancía de vidrio está escrito el compromiso: “Para las deudas” y en una taza la frase “El Salvadoreño es cachimbón”.
Estas y otras expresiones propias de los salvadoreños forman parte de tazas, camisetas, cojines, pachones, tazas térmicas, llaveros, calcomanías, mousepad y hasta mamelucos que ofrece Wikkis, el negocio de los hermanos Galicia.
Rocío de 38 años, Fátima de 35 y David de 32 llevan cinco años tras este creativo emprendimiento que ofrece productos utilitarios y decorativos en los que se mezcla un creativo diseño y una frase que nos identifica como salvadoreños.
Las dos hermanas graduadas de diseño gráfico y David, de Ingeniería Industrial, comenzaron elaborando tarjetería creativa para bodas y bautizos y poco a poco fueron dando rienda a su imaginación e introdujeron los regalos personalizados hasta crear artículos que hoy día ya están posicionados con el mercado e identifican a Wikkis.
Cada uno de los hermanos Galicia tiene un rol específico en el negocio, Rocío, la mayor, es la creativa y se encarga de dar vida a las frases e ideas que se les ocurren a ella y a Fátima, y David apoya con la logística y el manejo de las finanzas del negocio.
Los nuevos proyectos
Rocío y David tienen empleos formales y es Fátima la que pasa al frente del negocio, pero los tres están comprometidos e inventado frases o diseños que van plasmado en nuevos objetos. Son ideas y mensajes ligados a costumbres nuestras, esto último es el elemento diferenciador, explica Fátima.
“Una de las características de nuestros productos es que en ellos hablamos del salvadoreño y sus costumbres y tradiciones. Están ligados a cosas propias de nosotros como chuponear el pan, comer el sorbete de carretón, las pupusas o el elote”, cuenta divertida la joven.
Los jóvenes aseguran que no ha sido fácil para ellos crecer, sobre todo porque les ha tocado lidiar con la competencia que les copia sus diseños, incluso las frases que ellos usan, sin embargo, siguen creando e inventando y soñando incluso con vender en el exterior y montar su propia tienda.
Sus papás les apoyan y los impulsan a seguir creciendo. El papá, que es ingeniero industrial y especialista en estructuras metálicas, les ayuda creando máquinas que les faciliten por ejemplo crear la ranura a la tapadera de la alcaldía y la mamá, que por años laboró en el área de control de calidad de una gran compañía, les colabora en la realización de los empaques, en las etiquetas de los productos y con la costura de los cojines, bolsos y empaques.
Los hermanos han aprendido a invertir cada centavo que ganan y poco a poco se han hecho de herramientas, por ejemplo, han logrado comprar una que les ayuda a hacer los cortes de vinil que pegan en el vidrio o la cerámica, luego de hacer los diseños en la computadora y otra para hacer los sublimados para las tazas, los termos y otros objetos.
Fátima dice que Wikkis es un emprendimiento pequeño y sin embargo ya les ha tocado desvelarse por pedidos grandes lo que los entusiasma a seguir creciendo e innovando.
Los emprendedores han logrado colocar algunos de sus productos en una tienda en la capital y otros en un local en Ataco, Ahuachapán y así han logrado mantenerse a flote.
Están conscientes que deben trabajar en las redes sociales para impulsar aun más las ventas, por ahora comercializan también en mercaditos y ferias de emprendedores donde siguen posicionándose.
“Nuestro sueño es montar nuestra propia tienda porque el producto es bastante aceptado y la gente nos pide mucho, incluso de otros países. Solo leen las frases y ya se sienten identificados y eso es lo que más nos llena de satisfacción”, resume Fátima.