Esta semana se desarrollo el congreso denominado “Valoremos nuestra Constitución”, que en la primera jornada reunió a dos abogados constitucionalistas como invitados internacionales, a diputados, negociadores de los Acuerdos de Paz y abogados especialistas que reflexionaron sobre la función que, en distintos momentos históricos, ha jugado en la consolidación de la democracia la Constitución salvadoreña de 1983 y sus reformas en 1992 como producto de los Acuerdos de Paz.
Juan Carlos Esquivel, presidente de la Federación interamericana de Abogados; y Sergio Díaz Ricci, presidente del Instituto Iberoamericano de Parlamentarios, centraron sus respectivas ponencias en la Constitución de El Salvador de 1983, el primero de los temas de la primera jornada de este congreso.
El doctor Esquivel destacó en su exposición que la Constitución de El Salvador es “muy joven” pero parte de su importancia es que “contempla otras características que otras democracias han ido dejando: libertad de expresión, derecho al debido proceso, derecho a la propiedad privada; derechos que no se negocian”.
Esquivel lamentó que en otros países de Latinoamérica se haya politizado la Constitución y que hayan ido modificándola de acuerdo a la voluntad de gobiernos de turno cuando se debe tener claro que esta normativa es la columna vertebral y esta no se toca.
En su intervención, el doctor Díaz Ricci comparó la Constitución con “un pacto de convivencia” pero que no se trata de cualquier convivencia sino aquella que pone en primer lugar la dignidad humana y que “nada nos llevará a buen puerto si nos salimos de la Constitución” por lo que todos los ciudadanos se tienen que convencer de ello.
El experto argentino relató cómo en su natal Argentina desde 1930 se sucedieron golpes de Estado y que llegó un momento en que los ciudadanos creían que la Constitución no hacía falta pero se extraviaron y se equivocaron, por lo que aprendieron la lección de “que todo dentro de la Constitución, fuera de ella nada”.
Díaz Ricci elogió el contenido de la Constitución salvadoreña por considerar que ofrece un pasado, un presente y un futuro a alcanzar. ¡Tenemos que asumir aquella ancla que va a permitir asirse. La Constitución solo va a salir airosa en la medida que haya un sentimiento constitucional, que se quiera el texto constitucional y se diga: ‘a esto me aferro, porque este es el salvoconducto de mi futuro y el de mis hijos”, recomendó.
Ante esos vientos de modificar la Constitución o crear otra que surgen en los países, Díaz Ricci recomendó a los salvadoreños lo siguiente; “Quizás lo más revolucionario de nuestra época sea no cambiar la Constitución sino cumplirlas. Ustedes tienen para ser un ejemplo para toda Latinoamérica, superaron una guerra de tanto rencor, de tanto odio; que estas generaciones que no han tenido la oportunidad de sufrir los dolores de una guerra civil reciban el legado, lo quieran, lo valoren, lo hagan suyo y lo proyecten siempre”.
Esquivel también hizo alusión a la sangre derramada en la pasada guerra y lo que costó a El Salvador levantarse. “Ustedes, para lograr esa democracia que tienen pasaron muchos años, murieron 75,000 personas para poder defenderla, tienen una muy buena Constitución y que está entre las mejores de América en este momento”.
El doctor Javier Simán, presidente de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), en sus palabras de inauguración del congreso, afirmó que nuestra Constitución no es perfecta. Pero antes de hablar de hacerle cambios necesitamos primero conocerla y respetarla.
El presidente de la gremial también instó a defender nuestra marco constitucional, porque es el que nos garantiza derechos y valores como la libertad, los cuales han costado sangre al país. “Esa libertad ningún gobierno nos la ha dado y ningún gobierno no las puede quitar… esa libertad se defiende día a día”, resaltó Javier Simán
El congreso es organizado por ANEP, Funde, Centro de Estudios Jurídicos, Acción Ciudadana, Fundación DTJ, Fusades y el Instituto Iberoamericano de Derecho Constitucional
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