Dora María de Sutter es experta en viajes y mantuvo por años una agencia dedicada a este rubro. La pandemia la hizo no solo cerrar su negocio sino además dar rienda a una de sus pasiones, la cocina. Así fundó Sutter´s Kitchen.
Rodeada de exquisitas mermeladas de frutas, de galletas, salsas y pestos, la salvadoreña ha dejado atrás el oficio que le dio sustento la mayor parte de su vida, su agencia de viajes y se ha inclinado por la cocina, una de sus pasiones.
Desde siempre Dora deleitó a amigos y familiares con exquisitos platillos, pero sobre todo con mermeladas y galletas.
En mayo cuando el turismo cayó estrepitosamente por los efectos de la pandemia COVID-19 no solo debió cerrar su agencia sino reinventarse por completo.
Dora de 60 años y madre de tres hijos y dos nietas asegura que nunca se imaginó que su habilidad en la cocina la llevaría tan lejos.
Hoy comercializa a mediana escala mermeladas y galletas y sus clientes pasaron de ser amigos y parientes a comensales que la conocieron a través de sus redes sociales.
Ella asegura que debió echar mano de estos recursos y del domicilio para vender sus delicias a decenas de clientes que surgieron estos meses. La recomendación “boca a boca” ha sido una de sus aliadas, pero también el hecho de que son productos cien por ciento naturales con cero preservantes y que ella cuida cada detalle.
Dora se considera ecoamigable y por eso entrega sus mermeladas en bolsas de tela, aunque para prevenir contagios, las galletas y los palitos salados ha vuelto a ofrecerlos en empaques plásticos. La pequeña empresaria también ofrece empanadas, muffins, brownies, y todo tipo de platillos por encargo.
“Los emprendedores somos como familia”
Encontramos a Dora en la primera feria pospandemia organizada por Yo Hago el pasado fin de semana. Yo Hago es una iniciativa de carácter privado que apoya a los emprendedores con talleres, organización de ferias y mercaditos.
Creada hace tres años, Yo Hago ha apoyado a más de un millar de emprendedores desde aquellos que apenas inician hasta otros que incluso exportan, a organizar sus finanzas, mejorar el mercadeo de sus productos y crecer, explicó Alhena Masferrer, directora ejecutiva.
Dora ya había venido participando en años anteriores en ferias y mercaditos organizados por Yo Hago y cada vez que acudía trataba de innovar y capacitarse aún más.
“Con Yo Hago he aprendido a organizar la forma de vender y de manejar las finanzas, no es lo mismo solo ponerse con el puesto, la ayuda que ellos dan es clave para crecer”, contó emocionada.
En las capacitaciones Dora fue aprendiendo desde cómo presentar sus productos de mejor manera hasta cómo promoverlos en redes sociales, entre otros temas, sin saber que todo lo aprendido la prepararía para salir adelante en una de las peores crisis económicas que ha enfrentado.
Para ella el mundo de los emprendedores es casi como una familia, como una comunidad en la que las cadenas productivas están conectadas entre sí.
“Al ser emprendedora, se aprende mucho a crecer como negociante y como persona, ese mundo es como una gran familia en la que nos apoyamos unos a otros. Por ejemplo los proveedores de frutas y verduras míos son también emprendedores que nacieron durante la pandemia, esto es una cadena y entre todos nos ayudamos”, dijo.
Ahora la salvadoreña está tan orgullosa de lo que ha logrado estos meses que piensa en abrir un local en 2021 donde pueda ofrecer sus mermeladas. “Yo quiero seguir creciendo y tener un local propio porque cada vez es más la producción y la cocina de mi casa ya no da, yo sueño con tener un local”, explica.
La pequeña empresaria está entusiasmada que en noviembre y diciembre la demanda aumente como ha sucedido otros años, pero ahora los clientes irán más allá de amigos y familiares.