El punto de cruz, conocido como cruceta permitió a una maestra jubilada luchar contra el encierro y la nula actividad provocada durante la pandemia. Con un talento que domina de toda la vida, doña Mirian Pineda logró a través del bordado volver a sentirse productiva. Su hija, médico de profesión, le ayuda a impulsar el emprendimiento.
Instagram: Miriyan_sv
Mirian González, es médico de profesión y aunque es ginecóloga, la pandemia le ha puesto frente a grandes desafíos y uno de ellos lo vivió en su propia familia cuando vio a su madre a punto de enfrentar depresión producto del encierro y la inactividad.
Doña Mirian Pineda, la mamá, de 67 años y maestra jubilada, siempre ha sido activa e incluso hasta antes de la pandemia tenía un club de amigas con las que se juntaba a coser, bordar y conversar.
El encierro la obligó a cerrar esos círculos y guardar sus hilos y telas, pero la sumió en una profunda tristeza que Mirian, la hija, supo detectar a tiempo.
Lo primero que hizo la hija fue colocar frente a su madre aquellas telas e hilos de colores para que volviera a bordar cruceta, una técnica de la que doña Mirian es no solo experta sino que le apasiona.
Gracias al apoyo de Carolina Galeano, una amiga de la familia que también borda, idearon postear los trabajos en cruceta en redes sociales.
La idea era motivar a doña Mirian y lo lograron de inmediato. La gente se enamoró de estos peculiares bordados en punto de cruz que adornan cojines, toallas, manteles y otras piezas en tela y que conforman Miriyan_sv, el emprendimento que surgió en noviembre de 2020.
“Mi mamá no estaba convencida, pero abrí las redes sociales y le fui mostrando como la gente halagaba sus trabajos y aplaudía su talento. En el emprendimiento las que bordan son mi mamá y Carolina, mi mejor amiga. Yo solo les ayudo en la logística”, cuenta Mirian.
Miriyan_sv ofrece productos funcionales para la casa como toallas de mano, bordadas o pintadas, cojines bordados a cruceta, punto español o punto mexicano, individuales bordados, posavasos, servilletas de tela, anillos para servilletas, secadores para la cocina y más.
Doña Mirian está tan entusiasmada que pronto van a lanzar dos líneas nuevas de productos, la infantil con cojines para bebés y la línea de accesorios para cabello, diademas y chongas bordadas.
Mirian que tiene un hijo de seis años dice que se siente orgullosa de cómo su madre ha puesto todo el empeño al emprendimiento y todos los días tiene ideas nuevas y hasta quiere hacer partícipes a otras señoras como ella, que se sienten poco productivas.
La joven reconoce que hace malabares para ayudar a su madre en el negocio, dedica las noches para hacer el control de calidad de los productos, revisar las redes sociales y armar los paquetes y hasta la acompañó a su primera feria. Y sí, a veces está cansada, pero la alegría de su madre, lo vale.
“La salud mental si se deteriora es tan peligrosa como el coronavirus, no solo para los adultos mayores también para los niños, para todos en general y casi nadie le pone atención. Si mi mamá seguía inactiva se hubiera deprimido y desarrollado enfermedades. La gente deprimida deja de comer, deja de querer vivir y por eso era importante generar actividades para ellos”, advierte desde su punto de vista médico.
Doña Mirian que trabajó en el sistema público toda su vida, enseñando en cantones y caseríos de todo el país aprendió cruceta desde su infancia y tanto le gustaba que al jubilarse se unió a un grupo que amigas que bordaban y pasaban felices, platicando y creando hermosas piezas y ahora, hasta piensa involucrarlas en un emprendimiento que más que ingresos, le ha dado enormes alegrías.
“Ella está tan feliz que quiere incluir a sus amigas y quiere crecer, sueña con grandes cosas. Yo estoy agradecida con YoHago por la oportunidad que nos dieron de ir al mercadito, mi mamá se sentía emocionada vendiendo y con lo que ganó me dijo que se compraría unos lentes”, cuenta la hija.
La joven médica dice que el siguiente paso es crear una página en línea e ir a mercaditos para que conozcan el talento de su madre, también quiere fortalecer redes sociales y hasta proyectarse al exterior, venderle a compatriotas que aprecian mucho lo hecho a mano.
Mirian dice que su mamá tiene mucho talento que ofrecer y ganas de seguir trabajando en algo que le apasiona, lección que le enseñó a ella y a sus hermanos desde siempre.
“Mi mamá me enseñó con el ejemplo es ser una mujer trabajadora, jamás la vi quejarse por el trabajo o por el “no hay”. Usted sabe que los maestros no son bien remunerados, pero ella siempre ponía doble turno y nunca nos hizo falta nada, nos enseñó a buscar oportunidades y a mí en lo personal que, como mujer no hay nada que nos detenga. Ella nunca dijo no puedo, eso me dejó marcada y me ha permitido desarrollarme en lo mío y ahora ayudarle a ella a sentirse tan feliz siendo productiva”, concluye Mirian.