Jalil es un negocio familiar que comenzó con la elaboración de mermeladas y que hoy ofrece una extensa variedad de tés de hierbas naturales y algunos productos cosméticos. Con seis años en el mercado, sus creadores, doña Blanca y su hijo Bishara Conde, siguen innovando dispuestos a crecer y cruzar fronteras.
Instagram @jalilsv
Facebook Jalil de El Salvador
“Para emprender basta ponerse en las manos de Dios, tener perseverancia, creer en lo que se hace y ser positivo y constantes. Si hay baches no hay que desanimarse sino por el contrario verlo como una oportunidad para reinventarse”, así resume Bishara Conde de 35 años los ingredientes claves que él y su madre doña Blanca Abujalil le han puesto a su negocio, que se ha mantenido por seis años.
El emprendimiento, al que bautizaron como Jalil, derivado del apellido de doña Blanca que es de descendencia árabe, comenzó en la cocina del a casa, cuando doña Blanca elaboró unas mermeladas y su hijo advirtió de inmediato no solo su delicioso sabor sino la oportunidad de comercializarlas.
Doña Blanca ríe divertida al recordar como el joven le insistía que las vendieran y cuando Bishara se quedó sin empleo, porque cerraron la empresa de comunicaciones donde él laboraba, decidió apoyarlo y comenzaron a elaborar las jaleas.
“Las comenzamos a hacer y a venderlas en las colonias vecinas, nos íbamos con las bandejas y así las comenzamos a colocar, bien entusiasmados los dos”, cuenta doña Blanca que en esos días comenzó a verse afectada por la hipertensión.
Su hijo que siempre fue un apasionado de la medicina natural decidió investigar sobre alternativas naturales para apoyar a su mamá y de repente comenzó a crear productos de hierbas naturales que no solo le ayudaron a ella sino que fueron demandados por más personas, así nació Jalil, un emprendimiento que ofrece una extensa variedad de tés naturales, productos cosméticos y por supuesto las mermeladas de doña Blanca.
Bishara dice que él comenzó a investigar, a leer, escuchar audios, instruirse con amigos químicos y médicos y le fascinó la riqueza que encontró en varias plantas y hierbas de las que fue aprendiendo hasta mezclarlas y crear varios tés que ofrecen como alternativa para ciertos padecimientos y que han tenido muy buena aceptación en la gente.
El joven ha instalado un taller en su propia casa donde elabora los tés y disfruta al máximo haciendo las mezclas. Ambos se complementan, ella sigue produciendo las mermeladas y le ayuda a empacar, pero él hace los tés y la cosmética basada en hierbas naturales.
Según doña Blanca, su hijo se desvela experimentado, probando y asegurándose que cada producto traiga los beneficios adecuados. “Nunca hemos hecho publicidad, hemos crecido con la mejor publicidad de todas, el boca a boca”, asegura el emprendedor.
Jalil que fue finalista en el Premio a la Iniciativa Privada, organizado por ANEP y YoHago ofrece tés para dormir, digestivos, adelgazantes, de caléndulas, el limpia colon, antigripal, para limpiar el hígado, moringa, que es un multivitamínico que da energía y ayuda para las articulaciones, entre muchos otros.
También aceites naturales para rostro y cabello, cremas labiales y otros productos cosméticos. Doña Blanca asegura que su hijo no para de innovar.
Y es que eso, asegura Bishara también es importante a la hora de un emprendimiento, innovar siempre, eso facilita que el negocio mantenga la demanda.
Exportar, el próximo desafío
Doña Blanca y su hijo pasaron por años vendiendo en ferias y mercaditos, luego incursionaron en redes sociales, pero con la pandemia y el surgimiento de más emprendedores las ventas bajaron, sin embargo, la energía y el entusiasmo de su hijo, hace que sigan en la lucha.
“Mi hijo no se rinde, le está tocando pesado, pero no pierde el entusiasmo, él se levanta temprano a elaborar producto y luego al final de la tarde, de nuevo se pone en lo mismo, le encanta esto y por eso seguimos echándole todas las ganas”, cuenta la emprendedora.
Tanto para ella como para su hijo, lo más difícil de este tipo de negocio ha sido contar con los registros sanitarios que les faciliten conseguir más mercados, ya que los costos son altos y los procesos complicados.
“Nosotros no vendemos los productos como medicina, sino una alternativa natural, que tienen proteínas y nutrientes que benefician el cuerpo. Todo es 100% natural, no agregamos nada artificial para que no pierdan sus nutrientes”, explica Bishara.
El proyecto más grande de los dos es exportar sus tés y demás productos, porque ya poseen clientes extranjeros interesados, pero les falta aún muchos requisitos por cumplir. Pero tanto doña Blanca, como su entusiasta hijo seguirán mezclando no solo hierbas, sino su talento y sus ganas, para completar su sueño.