Martha Aguilar es una santaneca amante de la naturaleza y habilidosa con sus manos que aprovechó sus talentos para crear Harmony, un emprendimiento en el que mezcla las plantas ornamentales con el Kokedama, una técnica artesanal japonesa que permite cultivarlas.
Basta conversar unos minutos con Martha para darse cuenta de la enorme energía que posee. Creativa, inquieta y llena de ideas, es habilidosa con las manos ya que sabe crochet, macramé, tricot y otro buen número de prácticas artesanales.
La santaneca, madre de dos varones y graduada como trabajadora social, está en pausa laboral, aprovechó como muchos el confinamiento producto de la pandemia para dar rienda suelta a ideas que le permitieran generar ingresos.
Amante de la naturaleza, posee en su casa una pequeña colección de plantas ornamentales, pero sus predilectos son los anturios mejor conocidos como corazón chino.
El primero de ellos llegó a su vida hace 38 años como obsequio de bodas y a partir de ahí los ha cultivado como regalo para amigos y familiares o como pasatiempo, calcula que por ahora tiene unas 40 matas de esta planta en su casa.
“Ya con tiempos difíciles dije que debía sacarle dinero a mis plantas, comencé a venderlas en macetas pero no fue fácil y seguí pensando cómo hacerlas atractivas para la venta y una amiga me habló de la Kokedama, busqué información y me enamoré inmediatamente de la técnica”, explicó.
El Kokedama (en español bola de musgo) es una técnica japonesa de cultivo de plantas muy popular en Asia y con más de 500 años de antigüedad. Según algunos datos es como hermana del Bonsái y otras técnicas japonesas y lo que hace es recrear un hábitat natural para la planta, mediante una maceta viva hecha de musgo, sustrato y otros materiales.
La sincronía de la técnica
La técnica es desconocida en El Salvador y Martha está innovando con ella, cada día que lee y aprende más sobre ella incorpora nuevos elementos como la estopa de coco, la madera rústica y hasta el hilo y el macramé, para darle mayor realce al hábitat.
La Kokedama es útil para hogares que cuentan con espacios limitados para jardines y se desea tener plantas de sombra, ya que permite recrear espacios ecológicos y decorativos en lugares pequeños y las plantas se mantienen vivas y hermosas, explicó Martha.
Martha ya participó en su primera feria de emprendedores, organizada por YOHago, una iniciativa de carácter privado que ayuda a millares de pequeños artesanos o comerciantes a salir adelante.
La santaneca tiene muchas ideas con su emprendimiento al que ha bautizado como Harmony, porque asegura que lo que hace es armonizar, unir varios elementos de la naturaleza para crear una sincronía.
El concepto es un valor que tiene que viene con la armonía, con la coordinación, con la unión de elementos que se conectan. Lo creamos entre abril y mayo, tiempo de la pandemia, de mucha reflexión y de rescatar algunos valores dormidos. Esa fue la idea, armonizar las cosas”, contó la emprendedora.
Martha ya tiene preparados varios Kokedama y ha pasado de colocar anturios a otras plantas ornamentales como suculentas, palmeras, crotos y más y seguirá experimentando convencida que la belleza del producto cautivará a futuros compradores.
Harmony ya está en redes sociales donde las comercializa y planea abrir su casa los domingos no solo para vender el producto , sino para enseñar a otros sobre la técnica y que ellos mismos puedan elaborar sus macetas ecológicas.
“Quiero abrir mi casa los domingos y hacer un taller e invitar a la gente a que llegue, conozca la técnica y venderles yo los materiales o la Kokedama ya armada por ellos mismos, también quiero ofrecer el servicio a domicilio, llegar a una vivienda por chiquita que sea y enseñarle a quien me compre cómo elaborar su Kokedama y dónde colocarla”, explica.
También buscará crear Kokedamas para decoración de eventos especiales, como centros de mesa o como recuerdos de boda.
Los precios de estas macetas ecológicas van desde los $5, $10 y hasta $20, dependiendo del tamaño y la complejidad.