Cálida, sensible y llena de una energía, así es Fabiola Aguilar, una creativa diseñadora que desde hace ocho años se abre espacio en el mundo de la moda con la confección de ropa para mujer. La joven que obtuvo el Premio a la Iniciativa Privada organizado por ANEP sueña con crecer y llegar todavía más lejos.
Halo by Fabiola Aguilar | Facebook
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Fabiola de 32 años es una destacada diseñadora de moda que se ha abierto camino gracias a su empeño y persistencia y al apoyo incondicional de don Joaquín y doña Rosa Alicia, sus padres, de quienes heredó la vena emprendedora y las fuerza para jamás rendirse.
La joven se conmueve hasta las lágrimas cuando recuerda su niñez y las luchas diarias de sus padres por salir adelante, probando cualquier tipo de negocio que mantuviera la familia a flote, de ellos insiste, heredó las ganas de luchar y no desanimarse en los tiempos de incertidumbre.
“Mis papás han sido esenciales en mi crecimiento profesional y personal. El positivismo es su mejor regalo, ellos siempre me están dando ánimos. Los dos me han inculcado no perder la fe, ir tras lo que quiero, siempre siendo responsable y no faltando ni fallando a mis principios, a ser justa y correcta en todos los sentidos”, comentó emocionada.
La joven aseguró que de sus papás aprendió a luchar y a pensar en negocios propios para ella, ya en tercer grado de primaria le prestaba dinero a su mamá para comprar dulces y chocolates y vendérselos a sus compañeros de colegio y cuando cursaba séptimo, la moda la cautivó.
Mientras sus compañeros hacían tareas, ella llenaba sus cuadernos con sus figuras de vestidos que un día, soñaba, ella diseñaría de manera profesional.
Aunque le apasionaba la moda también le gustaba viajar por eso estudió la carrera de Hotelería y Turismo y mientras la cursaba comenzó a elaborar accesorios que vendía a sus compañeras de la universidad.
Aunque obtuvo un empleo rápido en lo que había estudiado, la moda ya la había atrapado y a los 24 años después de experimentar con varios diseños lanzó oficialmente Halo (aro de luz) y desde el día uno, no se detuvo.
“Le quisimos poner así a la marca porque cada una de nuestras piezas representa eso, la luz, que queremos proyectar que la persona que vista resalte, que tenga luz propia, que destaque…” cuenta entusiasmada.
Aquellos primeros trazos de vestidos se convirtieron en piezas profesionales que Fabiola logró colocar en los principales almacenes del país y la producción fue tal que llegó a elaborar hasta mil piezas por diseño.
La diseñadora logró generar varios empleos, lo que la llena de orgullo, porque muchas eran madres solteras que gracias al emprendimiento lograron independencia económica.
Hoy posee al menos cuatro colaboradoras, tres de las cuales trabajan desde sus casas cosiendo cada uno de sus diseños y también le confeccionan piezas mujeres de pequeños talleres.
Fabiola tiene grandes deseos de crecer, tener su tienda física y generar mas trabajos, porque asegura que uno de sus más grandes anhelos es generar mas empleos para dinamizar la economia del pais.
“Yo quisiera estandarizar todo, crear un concepto bonito y mucho más aterrizado, me gustaría tener más puntos de venta y algún día, si Dios lo permite, la marca tuviera franquicias aquí y en el exterior pero que se produzca en el país y se generen muchos empleos, no solo en el tema de producción, sino mercadeo, fotografía, video, es un largo camino, se necesita de un buen capital, falta mucho…”
Otra cosa que la llena de orgullo es contar con su madre como socia, quien de inmediato se incorporó a la marca y que ha venido colaborando en la producción y diseño de la ropa y es además el sostén de Fabiola en los días no tan buenos.
Ambas son diseñadoras y se complementan. “Trabajar con mi mamá ha sido excelente, no he podido tener mejor socia, le doy gracias a Dios por eso es increíble cómo nos complementamos, yo me emociono de poder trabajar con ella”, comenta.
Camino de retos y proyectos
Fabiola reconoce que en ocho años ha habido varios tropiezos, lo más difícil para ella ha sido encontrar personal capacitado que sepa producir con calidad cada una de las piezas, un requisito clave para lograr éxito en el mundo del diseño.
También se les ha dificultado encontrar telas, sobre todo cuando vendieron por volumen, pero pese a esos tropiezos siempre se las han ingeniado para cumplir con los pedidos.
Otro de los desafíos que ha experimentado Fabiola es dar a conocer su marca y lograr que tantos compradores extranjeros y sobre todo locales, paguen por ella y le den el valor que merece.
“Ha sido difícil que las personas cada vez se sientan más seguras de consumir un producto local, pero creo que cada vez se ha ido avanzando más y hay más gente que apoya lo nuestro y se dan cuenta que sí hay calidad, sí hay talento y ganas”, explicó.
En este momento en El Salvador las prendas de Halo se están comercializando online a través de redes sociales, tienen ya lista la página web que posee pasarela de compras y lo que Fabiola anhela es vender fuera del país. Tambien tiene sus piezas en Guatemala en una tienda en plaza fontabella zona 10 desde hace casi 5 años sus piezas se han vendido muy bien en Guatemala.
Hace un par de días Halo lanzó su nueva colección, “LUZ”. “Le pusimos así en honor al nombre de nuestra marca y por lo que se vivió el año pasado que fue tan duro, en cambio este 2021 todos estamos viendo un poco más la luz, se están abriendo nuevas oportunidades, el premio (a la Iniciativa Privada, de ANEP) es una de ellas”, explica.
Parte del premio lo usará para mejorar su página web, comprar materia prima e impulsar aun más sus redes sociales y seguir creciendo.
Fabiola sabe que el rubro en el que está involucrada todavía necesita más espacios, pero ella seguirá luchando por conquistarlos y su carta de presentación es elaborar, junto a su madre y sus costureras, prendas de diseño que destaquen, que brillen, tal como el nombre de su marca.
“Queremos seguir ofreciendo ropa con un toque moderno y elegante a la vez, nos inspiramos en ese tipo de mujer, segura, luchadora que van en su día a día con todo”, acotó.