No es un barco en una empresa de licores, pero gerentes, jefes y colaboradores parecen remar juntos a la misma velocidad y con las mismas ganas. No hay tormentas ni pandemias que detengan a esta compañía cuyas fortalezas están sustentadas en valores como el trabajo en equipo, la pertenencia y la integridad.
La pandemia sacudió los cimientos de DistribuidoraSalvadoreña S.A. de C.V., DISAL, una compañía dedicada a la producción, importación y distribución de bebidas alcohólicas entre otros productos.Las ventas se fueron al piso con el cierre de bares y restaurantes, los camiones experimentaron tropiezos para distribuir las bebidas y la producción, al menos en los meses más duros, se detuvo.
Sin embargo, los colaboradores se las ingeniaron para asistir a sus labores. La primera semana de restricciones fue de organización. La gerente financiera de DISAL Adriana Alcaine recuerda que cada colaborador se anticipó para ayudar en lo que fuera. Incluso, algunos con vehículo propio se ofrecieron a transportar a otros y muchos empleados caminaron largas distancias para cumplir sus horarios.
DISAL distribuye más de 30 marcas de bebidas alcohólicas, entre ellas marcas propias como Petrov, Troika, Caña Rica, Jaguar, Torito, entre otras y también maquilan y exportan marcas a Costa Rica, Nicaragua, Honduras y República Dominicana.
La empresa que posee una planta de producción y dos Centros de distribución de bebidas, siguió protocolos estrictos de bioseguridad “desde el día cero”, contó la licenciada Alcaine y todos los colaboradores, excepto los restringidos por el Gobierno (embarazadas y mayores de edad) se presentaron puntuales a sus puestos.
La entrega de equipo de bioseguridad, establecer un área para atender a enfermos con gripe, extender la estancia de un colaborador si tenía un pariente enfermo, pagarles el 100% de la incapacidad, fueron parte de las acciones que la compañía estableció para que los trabajadores se sintieran protegidos y cuidados.
En los meses en los que la planta paró la producción de bebidas, los líderes idearon un nuevo producto de higiene, el Hidroalcohol, que les permitió encender motores de nuevo.
Esa iniciativa que fue temporal porque se venció el permiso de la Dirección Nacional de Medicamentos- les facilitó sostener las finanzas y palear la enorme demanda que el país tenía de productos como ese. Llegaron a producir unas 42,000 cajas de hidroalcohol.
Sin embargo y aunque esa producción los mantuvo con ingresos, la empresa experimentó pérdidas económicas que rondaron el 50% menos en su facturación. Pese a la crisis a ningún colaborador se le rebajó el salario, tampoco les cesaron contratos y por el contrario, cada empleado que tuvo que reinventarse para ayudar a la empresa a seguir a flote, lo hizo.
Fue un esfuerzo colectivo que se mantuvo durante los peores días de la crisis y que es de hecho, el ADN de cada uno de los colaboradores, aseguró la gerente.
“Ese granito de arena, de innovación y de buscar todos soluciones para cada una de las diferentes problemáticas que se iban presentando fue el pilar básico que nos permitió no tener que cerrar ni quitar gente, sino seguir operando lo mejor posible y sentirnos fuertes”, agregó la licenciada Alcaine.
Ese compromiso y esa entrega de los colaboradores es la siembra que la compañía ha hecho a lo largo de los trece años que lleva en el país- luego que se fusionaran dos empresas de licores y se formara DISAL, en 2007.
“La filosofía es que amor con amor se paga, todo ese tipo de acciones durante la pandemia, el hecho que pese a crisis se mantuviera el empleo de todos los colaboradores, hace que la gente se comprometa, se sienta parte de una familia y esté dispuesta a dar la milla extra y a cuidar la empresa como si fuera propia”, resumió la gerente financiera de DISAL.
Una empresa que deja huella
La razón de ser y de trabajar de DISAL está sustentada en valores como la pasión por ser número uno, es decir trabajar en equipo parar lograr los resultados. También el sentido de pertenencia- la compañía busca estrechar lazos con sus colaboradores; el desarrollo personal, cuidando que cada colaborador crezca profesionalmente y se sienta motivado y apreciado en la empresa.
Otros valores que se cultivan son la innovación, el servicio al cliente y la integridad, cumpliendo todos los protocolos y los mejores estándares de calidad.
Distribuidora Salvadoreña posee también un sólido programa de Responsabilidad Social Empresarial al que ha denominado Dejando Huella, que está basado en cuatro pilares que incluyen apoyo a los colaboradores con al menos seis prestaciones adicionales a las de Ley, entre ellas un bono canasta alimenticia por mes, becas para los hijos, entre otras.
También desarrollan trabajo con los clientes, ayudándoles a crecer en sus negocios, con charlas sobre finanzas, manejo de inventario y más. Además realizan campañas enfocadas al consumo responsable del alcohol.
De igual forma promueven el reciclaje y desarrollan proyectos que beneficien a las comunidades del entorno donde están situadas las plantas, como mantenimiento de parques, entre otros proyectos.
La coordinadora de Recursos Humanos Julia Gomez, asegura que uno de los retos actuales en los que la compañía está enfocada es en trabajar por la salud mental de los trabajadores.
“La pandemia golpeó las emociones de la gente y estamos preparando charlas para trabajar esa área, porque creemos que si la gente está mentalmente bien va a hacer bien las cosas y vamos a crecer”, explicó Gomez.
A nivel de los resultados de la empresa, buscarán recuperar los canales de venta y distribución que se les cayeron y apoyar al rubro de restaurantes, bares y discotecas que debe cambiar sus prácticas de comercialización y servicios; sin embargo DISAL ha desarrollado su canal de ventas atraves de plataformas de E-Commerce
“Como organización, debemos trabajar en encontrar las eficiencias, solo la inversión que hay que hacer en equipo de seguridad nos obliga a optimizar recursos y estirar la colcha y estar siempre pensando en cómo prepararnos mejor ante emergencias…”, dijo por su parte la licenciada Alcaine.
Ambas directivas coincidieron en que contar con un recurso humano comprometido y que esté dispuesto a correr la milla extra es clave para enfrentar cualquier desafío futuro y para lograr el éxito como compañía.