Agua de rosas, más de 20 tipos de aceites naturales, jabones, lociones, exfoliantes, cremas, sales de baño, mascarillas, espumas, tónicos y más; es parte de lo que ofrece Dania’s Cosmética 100% Natural, un emprendimiento creado hace tres años por Sonia y su hija Dania, quienes sueñan con hacer del pequeño negocio una gran empresa.
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La casa de Sonia Romero ubicada al oriente de la capital salvadoreña está colmada de aromas en los que se mezclan las rosas, el coco, la menta y un sinfín de ingredientes con los que ella y su hija Dania de 18 años se pasan los días elaborando jabones, aceites naturales, exfoliantes, cremas y más.
El negocio, que comenzó a finales de 2017, surgió a manera de experimento, cuenta Sonia, de profesión contador. Ella había perdido su empleo y junto a su hija fueron a un curso para hacer lociones, las elaboraron para Navidad y las vendieron todas.
Luego Sonia envió a su hija, en ese entonces de 15 años, a tomar un curso para hacer jabones, tanto las conquistó ese mundo de la cosmética natural que desde entonces no pararon.
Poco a poco fueron tomando más talleres y sobre todo experimentando con ingredientes naturales para crear todo tipo de productos cosméticos que ya distribuyen en tiendas en: Ataco, Ahuachapán, Suchitoto y dos en Antiguo Cuscatlán, Mercado de artesanías, dos tiendas en Paseo El Carmen.
“Hemos experimentado con mucha materia prima, aprendiendo todos los días y muchas veces fracasamos, porque no nos sale la fórmula (se ríe), pero lo tomamos de manera divertida, disfrutamos esto al máximo”, contó Sonia.
Ella asegura que el negocio les da los ingresos suficientes para aportar a la casa y pagar varias cuentas. Dania por ejemplo está por comenzar la carrera de contaduría pública en una universidad privada y terminando sus estudios en una reconocida academia de inglés, parte de los ingresos del emprendimiento será para pagar las cuotas.
Con anhelos de crecer
Sonia asegura que ella y su única hija siempre han sido muy unidas y el entusiasmo de la joven por trabajar incluso hasta altas horas de la noche para cumplir con los pedidos, le está dejando mucho aprendizaje.
“La importancia de trabajar juntas es valiosa ya que puedo enseñarle a mi hija que, si bien tiene que sacar su profesión, el trabajo, cualquiera que sea, dignifica al ser humano y le enseño que a pesar de no tener los recursos suficientes todos los sueños se pueden lograr trabajando duro”, contó Sonia.
La emprendedora contó que su hija le echa todas las ganas al negocio, ella se encarga de elaborar las viñetas del negocio, producir los jabones y atender las redes sociales, canal que ha sido clave en estos tiempos de pandemia.
La mayor parte de la producción la hace Sonia, que no ha abandonado su profesión de contador, lo que realiza de manera independiente.
Para ella los primeros días de cada mes son los más agotadores, porque, aunque pasa horas elaborando declaraciones de IVA para ciertos clientes, luego se va al área de producción y sigue con sus mezclas.
Con su hija y socia, se han puesto la meta de innovar sacando al menos un producto nuevo por mes, por eso a veces les llega la madrugada mezclando, probando y experimentado.
Y trabajan felices, asegura Sonia, porque el emprendimiento les apasiona, aunque reconoce que se requiere mucha disciplina.
“Tener un negocio propio no es fácil, son días y días de desvelo para producir y poder sostenerse, a veces una dice solo haré poquito y nos dan las tres de la mañana, pero ahí vamos, soñando en grande con mi hija”, cuenta Sonia.
“Mi misión y la de mi hija, es que nos conozcan a nivel nacional, que nuestro producto esté en todas partes o que tengamos una tienda enorme que sea de las dos”, contó Sonia entusiasmada.
Incluso en los primeros meses de 2020 ya andaban buscando un kiosco en un centro comercial, pero la pandemia les cambió los planes. Ese periodo fue duro para ellas, pero no se rindieron en su sueño de crecer, afirmó la emprendedora.