Rodeada de matas de guineo y una familia que la apoya, Flor Solis es una joven de 29 años que ha puesto su propias riquezas en su vivero de cultivo y reproducción de cactus y suculentas en un pequeño terreno ubicado en una de las lotificaciones de la urbanización Lirios del Norte en el municipio de Cuscatancingo de San Salvador con el propósito fundamental de la producción de plantas para abastecer y formar su propio negocio.
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Flor estudiaba en la universidad cuando nació su amor y pasión por coleccionar cactus, los compraba y luego intercambiaba con sus compañeros de clases hasta que logró tener una gran variedad de diferentes especies para su propia colección. Su pasión la llevó a querer conseguir los cactus más grandes y extraños así que empezó comprando en viveros y luego los revendía pero aprendió el oficio de reproducirlos y se dedicó a venderlos.
Hace dos años y medio decidió emprender y dedicarse a crear su propio cultivo y seguir multiplicando las especies para poder venderlas. En la actualidad posee 450 especies diferentes de estas curiosas plantas de las cuales extrae trozos de la planta para injertarlos y así crear una nueva planta para poder venderla.
Su vivero está muy bien distribuido, cultiva germina y produce todo tipo de suculentas y cactus. Hay una área especial donde solo se encuentran los almácigos, donde todos los días flor trabaja en la recolección de los esquejes o trozos de tallos para sembrarlos en otros macetas con el objetivo de reproducir las diferentes especies y esperar de 6 a 9 meses para que estén listos para ser expuestos.
A simple vista todas las plantas del cultivo se ven muy similares pero cada una tiene características especiales que las hace ser únicas. En el vivero se puede encontrar: Aloe vera (sávila de diferentes especies) Rosa del desierto, Piedra lunar, Praeger o cerebro como se le conoce en el país, Cactus luna, Echeveria, nopales, Cactus de San pedro, en fin una variedad de plantas a quienes muy cariñosamente Flor les llama “ tela de araña” o “ viejito” a unas especies debido a su peculiar aspecto de las hojas que poseen vellos blancos que hacen creer que no son parte de la planta.
Para hacer los injertos, nuestra joven cultivadora une dos cactus de diferentes especies, se corta el pie de injerto de un cactus y luego coloca sobre el un Astro Capricorne (una especie de cactus que parece estrella) tratando que el aro vascular de ambas plantas coincidan para lograr que se peguen, luego se refuerza la unión envolviendo con plástico y se colocan en una cámara húmeda por 7 días para dejar que se peguen ambas plantas.
“A mis clientes les gusta mucho la atención que les brindó y nos dicen que les gusta mucho la calidad de nuestros cactus” expresa Flor emocionada y agradeciendo a Dios al ver que poco a poco ha logrado tener buenos clientes y un buen motivo para tomar la decisión de gestionar fondos para poder seguir creciendo en su emprendimiento y hacer más grande su propio vivero.
Su negocio sigue creciendo con dos nuevas líneas de productos, una es para el cuidado de las plantas ofreciendo: abono, sustratos, piedras volcánicas, cascajos; la segunda opción es la de venta de accesorios alusivos a todo lo relacionado con los cactus como: llaveros, camisetas, lámparas y una diversidad de productos exclusivos de su negocio.
Todos los fines de semana pueden encontrar a Cactus Life en los mercaditos de emprendedores, Flor recomienda visitar sus redes sociales para poder ubicarlos o pueden pedir sus cactus favoritos a domicilio.