Javier Méndez es un fanático de las plantas y con ellas conquistó a su esposa Bessy, ambos crearon Beraca (Valle de Bendición), un vivero virtual que ofrece cactus, suculentas y todo tipo de plantas ornamentales que les sirvió para mantenerse a flote en los peores meses de la pandemia.
Javier de 31 años y padre de Diego de 11, es Supervisor de Banquetes de un hotel capitalino y aunque tenía su salario fijo, sus mayores ingresos estaban sustentados en las propinas, sin embargo, con la llegada de la pandemia se acabaron las fiestas y los bolsillos quedaron vacíos y los dias se fueron complicando.
Su esposa Bessy trabaja por servicios profesionales desde principios del año, sin embargo sus ingresos se vieron afectados por la terminación de su contrato a finales de marzo. En ese sentido, ambos decidieron buscar otra forma de ganar más dinero para sobrellevar la crisis, el pequeño jardín de la casa fue la fuente de sus primeros ingresos.
A mediados de julio de este año crearon el vivero virtual Beraca, que ofrece en redes sociales todo tipo de cactus, suculentas, plantas ornamentales y árboles frutales.
Un Valle de Bendición
Javier asegura que desde niño su madre le cultivó el amor por la naturaleza y cuando adulto, cada vez que le pagaban en lugar de comprar ropa o zapatos, compraba una planta, un cactus o una suculenta. Compraba tantas plantas que cada vez que llegaba con una nueva mi mamá me decía: “Ya vienes con otra planta” y ¿Ahora dónde la vamos a poner? cuenta el joven divertido.
Javier inundó la vivienda de sus padres de plantas de todo tipo y desarrolló un interés particular por los cactus. Hoy instruye a otros de los cuidados necesarios para su desarrollo. Así que, cuando la pandemia golpeó su hogar, el decidió junto a su esposa que era momento de sacarle provecho a ese amor por las plantas y así nació el emprendimento.
Fue Bessy quien creó las páginas de redes sociales, ambos discutieron la marca y establecieron como nombre Beraca. “En el segundo libro de las Crónicas 20: 26 citan que el pueblo de Judá luego de muchas dificutades y combates se reunieron en el valle de Beracá donde bendijeron a Dios, y por ello aquel lugar fue llamado así “El Valle de las Bendición”, explicó Javier y eso es para ellos este emprendimiento.
La familia de Javier fue un apoyo fundamental para el crecimiento de este negocio y con el respaldo de ellos fueron adquiriendo los principales materiales para su desarrollo, “Sí fue difícil al principio, como todo comienzo, pero teníamos fé en Dios y no desistimos. Cuando uno emprende debe arriesgarse y creer en lo que está haciendo”, comentó Javier.
Otro consejo que brinda Javier es llevar ordenadas las cuentas y ser disciplinado en cuanto a ingresos y egresos, y tener mucho cuidado con los pedidos.
El joven asegura que poco a poco se les han ido abriendo espacios para participar en ferias e incluso él mismo las busca en redes sociales. También tratan de ofrecer cosas nuevas cada día, porque advierte que ser constante y perseverante son otros de los requisitos de quien quiera emprender.
Javier dice que además de las plantas han comenzado a ofrecer productos personalizados, ya han hecho acuerdo con dos emprendedoras, una que les facilita macetas de barro y vidrio pintadas a mano y otra que elabora forro de croché.
Además en cada entrega el joven siempre explica al cliente cómo debe cuidar la planta y mantienen abiertos los canales de comunicación en sus redes para resolver cualquier duda.
“Queremos que quien nos compre un cactus, suculenta o cualquier otro tipo de planta, y lo ponga en la casa o la oficina, tenga nuestra marca presente como una primera opción”, explicó Javier.
La casa de la familia de los Méndez se ha vuelto pequeña para el inventario de plantas y sobre todo para aquellas que requieren abundante calor y sol, como los cactus, por eso han echado mano de la casa de los padres de Javier que viven fuera de San Salvador, donde él ha instalado un pequeño invernadero para mantener la mayoría del producto.
El sueño de Javier y Bessy es crecer en el negocio, instalar un invernadero con capacidad para proteger plantas con necesidades diversas, también quieren tener un local en físico, pero por ahora lo virtual les ha funcionado.
“Puedo decir que el emprendimiento ayuda a pagar ya algunas cuentas, se va haciendo rentable pero lo importante es que siga creciendo y podamos a futuro vivir de esto”, contó el joven, que ya se incorporó a una jornada de trabajo, pero cuyo rubro marcha lento.
Javier dice que el producto que ofrecen si bien no es de primera necesidad si brinda beneficios a quien lo adquiere. “Una planta llena de energía, en una oficina o casa, siempre dará un toque diferente, se aprende a respetar la naturaleza y en estos tiempos de crisis, incluso a valorarla más que antes”, añadió.
Javier aconsejó a los futuros emprendedores que no tengan miedo a iniciar un negocio. “Dios siempre da talentos y capacidades, solo hay que descubrirlas y confiar en ellas. No hay que esperar una crisis para emprender, basta tener las ganas y la confianza y trabajar duro”, recomendó.
Nunca te rindas!
Romanos 8.28
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”