Decidida a emprender, Marina González, una mujer luchadora por sus sueños, se dedica a elaborar artesanía en madera al estilo country, valiéndose de unas sencillas técnicas gracias a cursos recibidos de carpintería en el año 2003.
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En un pequeño taller ubicado en el Barrio Santa Anita, trabajan con madera tres mujeres empoderadas creando una variedad de figuras a mano. Marina, por su cabello blanquecino, es como una mamá Claus moderna, ella es quien usa las máquinas casi que con los ojos cerrados, pues la experiencia le ha valido para no temer cortarse los dedos al manipular minuciosas piezas de madera que diseña. Cuenta con la ayuda de su familia: su hija Tania e Irma, a quien considera de la familia y, son ellas tres quienes le dan vida a cada figura de madera desde el año 2005, impulsando el negocio que prosperó gracias a la incorporación de ambas .
“…..como artesana soy buena diseñando y elaborando las cosas, pero no como vendedora o administrativa”, expresa entre risas doña Marina al reconocer la valiosa ayuda de su familia para poder administrar el negocio. Miriam recuerda cuando se dedicaba al transporte escolar, pero que no le fue bien. Siempre soñó formar un negocio donde no tendría que salir mucho a la calle a asolearse, se enteró de los cursos de carpintería cerca de su casa y tomó la decisión de dedicarse a su sueños empezando con la fabricación de llaveros y artículos pequeños e invitó a Tania e Irma para trabajar juntas.
Antes de la pandemia participaban en ferias de emprendimientos en algunas instituciones de gobierno, alcaldías y en la embajada de Estados Unidos, pero a raíz de la emergencia mundial estos lugares ya no fueron opciones de centro de ventas. Por el momento se encuentran vendiendo los fines de semana en el Paseo EL Carmen en Santa Tecla, en el departamento de La Libertad, donde su clientela puede solicitar cualquier arte que deseen y ellas se lo diseñan en madera, cerámica, papel, ellas se encargaran de la fabricación al gusto de las personas y de la entrega a buen precio. El mayor sueño de las tres mujeres emprendedoras es poder lograr tener un propio local para poder tener el taller y su centro de ventas y a la vez poder ayudar a otros emprendedores.
Por ahora trabajan sobre una mesa llena de pintura y pinceles, iluminadas con los rayos de sol bloqueadas por láminas transparentes en el techo y acompañadas de un mini televisor/radio, Irma y Tania ponen en práctica sus estudios en Arquitectura, lo que les ha dado esa habilidad de crear puro arte con sus manos y realizar el trabajo más fino que no es para cualquiera. A pulso de mano puntean retratos para formar figuras de personas, trazan líneas muy delgadas sin cometer error alguno para decorar las figuras con nombres para decoración de cuartos, porta toallas, set de baños, figuras para decoración del hogar con formas de vacas o gallinas, cortan pequeños trozos de papel para formar flores y realizar tarjetas para cualquier ocasión y elaboran también figuras pequeñas con resina para bisutería.
Ambas ayudantes comentan entre risas que se les complica cortar la madera y elogian a doña Marina quien es la más experta para el uso de la maquinaria. Para innovar requieren la compra de una máquina de corte y grabado láser de escritorio para madera, contar con este equipo especial para microempresas les facilitaría el trabajo y crearían nuevos diseños que llevan mucho trabajo con detalles. Lastimosamente su hija tuvo una emergencia al lastimarse una rodilla por lo que tuvo que invertir sus ahorros para ayudarle, aunque no se da por vencida, espera lograr reunir de nuevo el dinero para poder comprar su máquina y una computadora para poder diseñar.