“Siempre me ha gustado el pan artesanal, el pan hecho con leña, con sabor a leña, a humo. A mucha gente le gusta, ¡les encanta!”
Ex miembro de la desaparecida Guardia Nacional y originario de San Pedro La Palma, del municipio de Tapalhuaca en el departamento de La Paz, don Mauricio Alexander Villalobos, se dedicó a buscar trabajo logrando conseguir de agente de seguridad del cual quedó insatisfecho por los horarios extendidos y, el salario no era los suficiente para mantener a toda su familia, por lo que las ganas de seguir adelante para obtener más ingresos para su familia lo motivó a aventurarse a convertirse en un panadero casero.
Empezó en el año 1997 con solo 50 colones en su bolsillo, comprando su primer saco de harina y un par de “latillas” como les llama don Mauricio , por supuesto no lo tuvo todo fácil, pero se esmeró en aprender hacer el mejor pan, darle un sabor único colocando huevos, margarina y por supuesto hornearlo de la manera tradicional; “a pura leña, para que el pan tenga un sabor único, con sabor a leña, a humo” expresa nuestro panadero al recordar sus inicios y los elogios que recibió de las vendedoras del mercado ya que le comentaban que les encanta el sabor del pan que horneaba.
Poco a poco se fue abriendo campo en el negocio y cada día se apasionaba con su emprendimiento. Todas las mañanas se esforzaba por sacar el pan a primera hora para venderlo en el mercado y tiendas, por las tardes gozaba de la satisfacción de contar las ganancias de su venta y poder sustentar a su familia. Debido al esfuerzo Mauricio ha logrado agrandar su negocio, los bancos le han abierto las puertas con créditos bancarios accesibles lo que le ha ayudado a producir más cantidad de pan francés de diferente tamaños y precios, pan dulce como tortas de yema, bollos, torta seca. Hoy cuenta con la ayuda de una de sus cuatro hijos, ella junto a su esposo todas las tardes preparan la harina del pan para empezar la producción del francés que sera horneado a las 2 de la mañana y pueda estar listo para venderlo a partir de las 5 de la mañana, al terminar la jornada se dedican a descansar para luego iniciar la segunda parte de la producción.
Todo el trayecto ha valido la pena, aunque reconoce que hay días buenos y días que no se vende, pero gracias a su perseverancia y buen manejo de las finanzas ha logrado de hacerse de una casa propia ubicada en la calle Guatemala en San Salvador donde vive junto con su familia y donde mantiene su negocio, “ La panadería del Guardia” como muchos le llaman, ha logrado comprarse un buen carro para poder distribuir su venta y se siente satisfecho de haber logrado su propia clientela con quienes cuenta. Con orgullo comenta que logra vender la producción de cuatro sacos de harina a diario. “ Todo lo vendo, todo lo distribuyo, ya mi clientela me está esperando. Gracias a Dios he salido adelante; Dios ha estado conmigo siempre” expresa don Mauricio.