Any Iraheta, Anihra: Una artista del oro azul

Anihra es una marca de productos que ofrece textiles teñidos y estampados a mano con el oro azul de El Salvador. Su creadora Any Iraheta promueve con estos productos la herencia ancestral de este pigmento y se enorgullece de mostrar parte de la riqueza cultural de El Salvador a través del trabajo que realiza.

Instagram : anihra

Facebook: www.facebook.com/anihra.sv/

Any es alegre, conversadora y una experta conocedora del producto que diseña, elabora y le apasiona. Pero más que pasión, advierte, se requiere disciplina y constancia no solo para emprender, sino para mantener un negocio como el suyo: diseño de vestuario y accesorios teñidos en añil.

Lo inició en 2005, para ese entonces ya conocía de este cultivo ancestral lo suficiente como para lanzar su marca, ANIHRA, nombre que deriva de la fusión de Any y su apellido.

En el 2002 y gracias a la cooperación japonesa fue becada por 19 días a la prefectura de Tokushima en el país nipón, junto a un representante de, en ese entonces CONCULTURA, para conocer las diferentes técnicas de teñido con este colorante natural, proveniente de la planta llamada “Jiquilite”, palabra nahuat que significa hierba que tiñe de azul.

La oportunidad llegó durante el proyecto de reactivación del cultivo y procesamiento del añil en El Salvador  que buscaba promover  la cultura salvadoreña y  en ese entonces era  docente de una universidad privada en la carrera de diseño artesanal.

Any viajó, aprendió y regresó a El Salvador para continuar desarrollando su técnica y conociendo  diferentes procesos para la preparación del pigmento y por supuesto compartiendo el conocimiento, y tres años después comenzó a desarrollar su marca ANIHRA.

Inició con pañoletas y pequeñas piezas, pero su espíritu “efervescente” como se autodescribe la hizo rápido pensar en innovar y poco a poco fue introduciendo nuevos productos.

“Yo todo el tiempo estoy pensando en hacer cosas nuevas, no soy una persona que produce en masa. Desarrollo series de edición limitada hasta un máximo de diez piezas similares y en el caso del diseño de vestuario cuidamos mucho el tema de las tallas,  cada pieza representa el resultado de un trabajo en equipo, un trabajo delicado y de calidad”, cuenta.

La joven empresaria comenta que cada pieza ANIHRA está hecha desde cero.  “Lo que nos hace diferentes es que nosotros diseñamos todo, las telas, los estampados,  los patrones y también diseñamos la ropa y los accesorios y tenemos todos los diseños en depósito de obras del CNR, lo que respalda nuestra autenticidad”, cuenta emocionada.

Any diseña cada pieza de la marca y trabaja en conjunto con el apoyo de un grupo de mujeres que considera la columna vertebral de su negocio. Son tres expertas costureras de Candelaria la Frontera en Santa Ana que confeccionan las piezas en tela y que para ella son unas artistas del hilo y las agujas, y además a una mujer artesana y maestra experta en marroquinería quien elabora las piezas que se combinan con cuero.

“Detrás de cada pieza ANIHRA  está el trabajo y el esfuerzo de estas cuatro mujeres y el mío, pero también el enorme apoyo de mi esposo, de mis hijos, una niña de 13 y un joven de 21,  que me ayudan como modelos, de mis Padres y hermanos, somos una marca que representa  una familia trabajadora”, cuenta emocionada.

“Para ANIHRA, diseñar y  crear los bocetos que dan origen a cada pieza son un factor diferenciador importante que distingue a la marca, pero también el promover el valor agregado de un producto teñido con añil, colorante natural  que se respeta”, explica la empresaria.

“El añil es un cultivo ancestral, es patrimonio cultural de nuestro país, representa la esencia de nuestros ancestros indígenas, ya que fueron ellos quienes descubrieron el oro azul. Trabajar con este colorante merece respeto, dedicación, disciplina, eso lo aprendí en Japón y también aquí a lo largo de los años desarrollando mi propia técnica de teñido”, cuenta.

“El añil es nuestra herencia, en ANIHRA  rendimos homenaje a nuestros ancestros con el trabajo que hacemos. Los salvadoreños llevamos la sangre teñida de azul, se dice que cuando los españoles llegaron a El Salvador entraron buscando oro amarillo, pero descubrieron que se producía la extracción del colorante al que llamaron oro azul, su interés acrecentó cuando vieron que los indígenas  teñían la ropa de las personas más importantes con añil  y fue ahí que entendieron el valor del pigmento. El cultivo estuvo en toda Mesoamérica, pero El Salvador fue el líder”, cuenta.

El llamado “Oro azul” fue muy importante durante la época colonial ya que la economía salvadoreña dependía de su exportación, sin embargo, la llegada de colorantes sintéticos lo hizo casi desaparecer.

Innovar y crecer

Any lleva seis años dedicándose de lleno a su marca, aunque inició en el 2005 , aun no tiene una tienda física, pero sus productos ya han cruzado fronteras y su propósito es seguir creciendo.

Ella ofrece algunas de sus piezas en Árbol de Fuego un ecohotel donde se hospeda gente con gran conexión con el medio ambiente y que valora este tipo de productos.

También ha creado un espacio que llama “Casa taller y  tienda”, para recibir a clientes que valoran el trabajo de autor y hecho a mano. Además, vende en redes sociales y en ferias donde sea invitada o a la que tenga acceso, espacios que aprovecha para promover no solo su producto, sino el esfuerzo del equipo de mujeres que trabajan junto a ella y la riqueza ancestral de este colorante.

Aunque la pandemia la hizo poner en pausa su trabajo por unos meses, ahora poco a poco se ha ido reactivando y sigue en el proceso de innovar, por ejemplo, ya comercializa lienzos para pared de hasta dos metros de alto y trabaja en una línea de ropa tallas grandes que lanzará pronto.

Ella asegura que no todos los días son buenos, pero está orgullosa del rumbo que su vida tomó y de la oportunidad que tiene para promover lo bueno que se hace en el país.