La felicidad para algunas personas puede venir en un simple trozo de chocolate Desde el 2016 Carlos Henríquez Hernández creó su propia fábrica de chocolate “La Tacita” ubicada al norte de la capital en el interior de una humilde casa ubicada en la colonia Satélite en San Salvador.
Facebook: Chocolate LaTacita
Instagram:LaTacita_sv
Carlos le puso amor a su emprendimiento al recordar que su abuelita, en la época de los 90´s, le enseño hacer chocolate de tablilla; la tradicional bebida de chocolate que muchos disfrutamos. Con el paso del tiempo la curiosidad y el amor a su hijo, que estaba por nacer, lo llevó a retomar la receta de la abuela y empezó a crear su propia producción de derivados del cacao.
“La mamá de mi hijo me dijo que tenía antojos de chocolate, yo le dije que se lo iba hacer y ella muy sorprendida. Muchos años después volví a hacer chocolate de tablilla y así empecé vendiendo”.
Carlos se enorgullece contar que al principio no fue nada fácil, ya que considera que en el país no hay escuelas o personas que enseñen la manipulación del cacao para convertirlo en un chocolate de calidad, paso nueves meses probándose así mismo hasta lograr su propia receta, dejando atrás el trabajo en un compañía telefónica y dedicarse a su sueño de emprender.
Su pequeña fábrica elabora principalmente productos con cacao 100% salvadoreño proveniente de una finca de Sonsonate la cual ha sido premiada a nivel internacional siendo uno de los 18 mejores productores de cacao en el mundo.
Entre los productos que fabrica se encuentra: la tablilla tradicional, cocoa, chocolate en polvo instantáneo, chocolate amargo, chocolate blanco y toda una variedad de productos que se pueda imaginar para ser cubiertas por el chocolate.
Encontrar maquinaria tampoco le resultó fácil, para crear las barras de chocolates necesitaba maquinaria específica y tuvo que comprarlas fuera del país para poder lograr sus objetivos y metas, permitiéndole no sólo aumentar la producción sino también la calidad y completar una gran gama de productos a base de chocolates, y así poder satisfacer los gustos y necesidades que le exijan sus clientes.
Carlos trabaja de la mano junto a su esposa, en quien confía a ciegas y es su mano derecha ya que para él, ella posee una extraordinaria capacidad de trabajo, una plena dedicación a la empresa y una especial preocupación por la calidad de sus productos. Juntos se dedican a la ampliación de la línea de sus productos creando cajas especiales para regalos haciendo que sus chocolates sean el regalo perfecto.
Los chocolates La Tacita han logrado posicionarse en el mercado de la ruta de Ataco y Santa Ana, su dueño sueña que sus ventas sigan expandiéndose y lograr posicionarse en otros departamentos del país.