Ivania Bonilla es una capitalina que lidera un pequeño taller de calzado artesanal que utiliza tejidos, teñidos y fibras naturales y también ofrece el reciclaje de suelas. Un modelo de negocio que además de innovador, es sostenible y amigable con el planeta.
Redes sociales: Ixote
Ixote está localizado en la ciudad de Nahuizalco, a donde se mudó Ivania Bonilla, su fundadora, por ser la ciudad de origen de su esposo Rafael. Ivania, de profesión arquitecta, trabajó por varios años en el sector privado y cuando nació su segundo hijo se retiró para cuidar de ambos, pero mantuvo la idea de emprender.
La joven conocía de pirograbado, pero nada de cómo elaborar calzado, un mundo en el que se involucró desde el día uno que decidió emprender en ese rubro.
En 2017 y apoyada por cuatro artesanos y su esposo Rafael, creó su emprendimiento y comenzó a ofrecer sandalias y plataformas, tacones gruesos y de aguja, bolsos y carteras en las que combina el cuero de res y vegano o sintético con tejidos artesanales como el yute y los teñidos naturales como el añil, la jamaica, el achiote y otros.
Rodeada de abundante talento y de maestros artesanos, Ivania aprendió rápido el proceso de elaboración de zapatos de mujer y poco a poco ha ido innovando tanto en los diseños como la ampliación en el catálogo de productos.
Su enfoque es cien por ciento artesanal, por eso emplea de manera directa a cuatro artesanos y a unos 25 de forma indirecta, todos de la zona de Nahuizalco, que le apoyan con su emprendimiento, ya sea elaborando zapatos o materia prima.
Su esposo Rafael, que es ingeniero civil, y su hijo mayor Carlos Iván de 13 años, también participan. El menor, Roger de 8 años, comienza a dar sus primeros pasos en el taller.
La misión del emprendimiento, si bien es generar ingresos, también busca destacar la riqueza cultural de El Salvador al usar materias primas milenarias como el yute, el tule o el añil.
“Desde el principio nuestra misión era llevar un pedacito de El Salvador en un producto que fuera internacionalmente conocido y aceptado e innovador, esa ha sido siempre la idea. Hay muchas personas trabajando el tule de agua, y se podía usar más que para hacer petates, nosotros queremos que otras personas aprendan a innovar, sobre todo las mujeres”, cuenta Ivania.
Innovación a través del reciclaje
Siempre bajo la idea de ofrecer algo innovador, Ivania también introdujo su línea de remodelación o reconstrucción de zapatos, en un esfuerzo por reciclar sobre todo las suelas, la mayoría hechas de poliuretano, un alto contaminante del ambiente y que tarda años en degradarse.
“Mucha gente cuando se arruina un zapato lo que hace es botarlo y lo que nosotros hacemos es concientizarlos de que no los boten, porque las suelas están hechas de un material que cuesta se destruya. Nosotros le hacemos el diagnóstico al zapato y si la suela funciona, le cambiamos la parte de enfrente y queda como nuevo, si es la capellada (la parte de arriba), se busca la suela que se adapte”, explica la emprendedora.
Ixote promociona su servicio de reconstrucción de calzado en redes sociales y ha tenido gran aceptación sobre todo en personas que guardan un par de zapatos por su valor sentimental o porque son sus favoritos y se sorprenden de cómo, con el talento de Ivania y su equipo, vuelve a cobrar vida.
También brinda el servicio de recolección de suelas, y si estas no se pueden reconstruir, las entregan a una planta recicladora en Santa Ana que las tritura y vuelve a fundir, evitando así que lleguen a botaderos o quebradas de ríos y los contaminen.
Además de calzado en Ixote tienen una línea de productos para el hogar como centros de mesa, individuales y más, y otra de marroquinería con cuero de res o vegano (sintético) por medio del cual elaboran carteras, bolsos, billeteras, cinchos y otros accesorios en los que también aplican los tejidos y los teñidos naturales.
Para la emprendedora su mayor logro es el crecimiento que ha tenido la marca y el crecimiento de los que trabajan en ella, además destaca el poder empoderar a las mujeres de la zona y darles otras oportunidades de trabajo.
“Cuando comencé, lo más difícil fue buscar personas que tuvieran el deseo de aprender. En Nahuizalco, las mujeres se dedican al hogar o llevan comida caliente al mercado nocturno, y nosotros queríamos explicarles que hay otras opciones al ocupar sus manos y hacer algo innovador. Las mujeres somos capaces de hacer muchas cosas, quería romper estereotipos y poco a poco lo vamos logrando”, cuenta emocionada.
Los productos de Ixote se distribuyen en algunas tiendas de calzado en la capital, en la tienda Tesoros de mi Pueblo ubicada en la Ruta de las Flores en el occidente del país y a través de redes sociales.
La marca trabaja en la ampliación del catálogo, con el lanzamiento de una bota de hombre que combinará el yute con el cuero y el añil, buscan ampliar el mercado con más artículos para hombres.
Los sueños de Ivania son abrir una tienda en San Salvador, ampliar el taller y emplear a muchas más personas, sobre todo mujeres y vender en el exterior para proyectar parte de la cultura y arte que posee nuestro país.
Yo sueño con una fábrica más grande y más gente trabajando conmigo, sobre todo mujeres.