La idea de barritas Mela nació en la mente de Renné García, una joven de 27 años y mamá soltera de dos bebés de dos y seis años que perdió su empleo durante la pandemia y que busca abrirse mercado con una deliciosa propuesta de aperitivos saludables.
Instagram: @barritas_mela_
Renné es menuda, tiene una voz aguda y una energía que se nota cuando habla. Aunque lleva casi un año sin empleo, sus frases son entusiastas, así como su fé.
Es una emprendedora novata pero llena de ganas, que se levanta con el alba para preparar sus deliciosas barritas que combinan los frutos secos, la canela, la avena y la miel, pero también sus enormes ganas de sacar adelante a Ethan de seis años y Amelia (Mela, como bautizó al emprendimiento), de dos años.
Renné ha trabajado como mesera desde los 17 años, primero en pupuserías, luego en comedores y últimamente en exclusivos restaurantes, pero con la pandemia, siendo uno de los rubros más golpeados, perdió su empleo a principios de abril.
“Con dos niños pequeños y siendo yo sola, me puse a buscar trabajo por varios meses, pero sin encontrar nada, ya para octubre decidí que debía emprender y se me ocurrió elaborar las barritas saludables”, contó la joven.
En la cocina de su casa, que comparte con sus hijos y su abuela materna, con quien ha vivido más de la mitad de su vida, Renné comenzó a elaborar las barritas, siguiendo recetas que encontró en sitios web y su propia experiencia, ya que se confiesa amante de la cocina saludable.
En casi seis meses su emprendimiento ha tenido sus altas y bajas. Sin embargo, poco a poco va ganando clientes y no le pierde la fé, porque asegura que depende de los ingresos de este producto para sostenerse ella y sus hijos.
Renné está consciente que a su proyecto le falta todavía mejorar ciertos detalles que le ayuden a ganar mercado, pero ya trabaja en ello y agradece otros emprendedores que le han aconsejado e incluso uno le diseñó su marca.
“No he logrado conseguir un mejor empaque, yo las empaco en bolsitas de charamusca y con un sellador de plástico las cierro y las vendo, la cajita de diez unidades le cuesta $7.50 al cliente”, explicó la joven.
Construyendo un mejor futuro
Renné ansía conseguir un local donde pueda elaborar al por mayor sus barritas, obtener financiamiento para hacer crecer su negocio y no solo para mejorar ella, su sueño es dar empleo a otras mamás y papás solteros para que no pasen todas las dificultades que ella ha experimentado.
Con tristeza la emprendedora asegura que en su segundo embarazo fue abandonada por el padre de sus hijos, debió dormir en el suelo, pasar días sin comer para dar alimento a su hijo mayor, tuvo dos amenazas de aborto y sintió que el mundo se le venía encima, pero fueron sus pequeños los que le dieron la fuerza para seguir.
Con todas las vicisitudes que Renné ha experimentado ha aprendido que no hay nada que no se pueda hacer si se tiene el coraje y la valentía para luchar.
Ella quiere enseñar a sus hijos a soñar y dice que se esfuerza porque obtengan las oportunidades que ella no logró.
Por eso este año se inscribió en una universidad privada y ya cursa un técnico en turismo, luego quiere sacar una licenciatura y por supuesto ampliar su proyecto de las barritas, ya tiene listas dos nuevas propuestas una de chocolate y una con crema de avellanas, para ampliar su catálogo.
Para ella es duro combinar sus roles de ama de casa, estudiante universitaria, emprendedora y mamá, pero dice que Dios le da la energía para hacerlo lo mejor que puede.
“No es fácil llevar el emprendimiento y si es uno solo, es muy difícil porque tienes que ser jefe y empleado. Yo no paso con mis hijos el tiempo que quisiera y me duele, pero sé que a largo plazo va a valer la pena porque será un beneficio para ellos y tendrán un futuro mejor que el mío”, concluye convencida.