Carmen la madre y Carmen María la hija se han dedicado los últimos diez años a crear un emprendimiento en el que ambas mezclan su talento para generar ingresos. Pero el negocio va más allá y les ha permitido enfrentar con valentía y coraje todas las vicisitudes que la vida les ha puesto.
Madre e hija comenzaron el emprendimiento Krmen´s Manualidades hace diez años, la hija Carmen María de 32 años trabaja con lanas y elabora bufandas, gorros y cuelleras, y últimamente ha incursionado en la elaboración de collares tejidos.
Carmen, la madre, que es maestra jubilada, hace tarjetería y todo tipo de manualidades en las que mezcla la filigrana y otras técnicas de modelaje en papel, además hace arreglos de mesa para eventos, álbumes decorados y mucho más.
Todo lo que invierten y lo que ganan lo distribuyen entre las dos y aseguran que, aunque no todos los días son buenos, logran generar lo suficiente para ayudarse económicamente.
Socias y amigas
Al conocerlas, la complicidad y el amor entre ambas es evidente. La madre no deja de hablar del talento de su hija y aunque tiene expuestas verdaderas obras de arte en papel, ella se cuelga los collares hechos por su hija con orgullo y destaca en cada frase el talento de Carmen María.
«Las dos nos complementamos, somos cómplices, amigas y socias y luchamos juntas en esto. Ella es mi maestra, mi motor para salir adelante», contó doña Carmen.
Carmen María es reservada al conversar, pero es fácil descubrir la enorme fortaleza que esconde en su penetrante mirada.
La joven nació con hidrocefalia y ya perdió la cuenta de la cantidad de veces que ha sido sometida a cirugías. La que más la marcó fue una a los trece años para corregir una escoliosis – una afección que afecta la curvatura de la columna- 125 grados cuando lo normal es que esté recta. La operación era la única opción, porque estaba en peligro su vida.
Además, Carmen María utiliza aparatos para movilizarse, antes silla de ruedas y su mayor logro es que hoy solo usa andadera o algún soporte y es precisamente doña Carmen, su madre, la que le ayuda a moverse de un lado a otro.
Carmen María no se queja de su condición, a sus 32 años se enorgullece de haber terminado el bachillerato, a pesar de lo difícil que fue, y que hoy es autosuficiente y puede generar ingresos que ayudan al hogar.
«Yo soy una persona con capacidades especiales, hasta ahorita he logrado un desenvolvimiento artesanal bastante grande, tengo varios clientes y sueño con llegar a hacer mi vida normal, valiéndome o no de ayuda», dice la joven.
Carmen María publica sus piezas en línea y poco a poco ha ido ganando terreno. La joven empezó con las bufandas hace diez años, gracias a la enseñanza que le dio su madre, como un legado para que ella pueda salir adelante y poco a poco fue metiéndose a otros tutoriales y perfeccionando la técnica.
Para ambas, el negocio comenzó como pasatiempo, pero cuando llegaron clientes interesados empezaron distribuyendo sus piezas en un negocio en Antiguo Cuscatlán, pero ahora lo hacen solas, con la venta en línea.
Ambas sueñan con tener un local pequeño donde colocar sus accesorios y le ponen todo el empeño a lograr ese proyecto. Carmen, la hija, asegura que se siente complacida con lo ya alcanzado, agradece a su madre todo el apoyo y asegura que el emprendimiento que han desarrollado juntas le ha dado a ella alegría y orgullo, al sentirse capaz de hacer grandes cosas.